El ejercicio para los pacientes con enfermedad de las arterias coronarias (Fragmento)

Medicine & Science in Sports & Exercise®

RESUMEN

Pronunciamiento del Colegio Americano de Medicina del Deporte (American College of Sports Medicine –ACSM por sus siglas en inglés): «EL EJERCICIO PARA LOS PACIENTES CON ENFERMEDAD DE LAS ARTERIAS CORONARIAS». Med. Sci. Sports Exerc., Vol. 26, No. 3, pp. i–v, 1994. El ejercicio mejora la capacidad funcional y reduce los síntomas clínicos en los pacientes con enfermedad de las arterias coronarias. Sin embargo, estos pacientes presentan un riesgo mayor de sufrir complicaciones cardiovasculares al ejercitarse. Por lo tanto, se deben adoptar las medidas adecuadas para reducir el riesgo. Con base en la evidencia documentada acerca de los beneficios y riesgos del ejercicio para los pacientes con enfermedad de las arterias coronarias, el ACSM considera que la mayoría de ellos debe seguir programas de ejercicio diseñados individualmente para lograr así una salud física y emocional óptima.

INTRODUCCIÓN

Este pronunciamiento se referirá al ejercicio para los pacientes con enfermedad de las arterias coronarias (coronariopatía). Los pacientes con enfermedad de las arterias coronarias no constituyen un grupo homogéneo y deben considerarse de manera individual. Hay variantes bastante grandes en el estatus clínico; entre ellas se incluyen el grado de la enfermedad de las arterias coronarias, la disfunción ventricular izquierda, la posibilidad de una isquemia del miocardio y la existencia de arritmias cardiacas. Algunos pacientes con enfermedad de las arterias coronarias han sufrido anteriormente de otros problemas cardiacos, tales como infarto del miocardio y paro cardiaco, o han recibido tratamientos, por ejemplo, cirugía de bypass en la arteria coronaria, angioplastia coronaria transluminal percutánea u otras intervenciones en la arteria coronaria. Muchos pacientes sufren de otros problemas médicos tales como hipertensión, enfermedad vascular periférica, cardiopatía valvular, obstrucción pulmonar crónica y diabetes mellitus. En este pronunciamiento se hará referencia al entorno de los pacientes no hospitalizados, a pesar de que es también importante la pronta ambulación en el paciente internado que ha sufrido un problema cardiaco.

 

LOS EFECTOS DEL EJERCICIO

La capacidad funcional

Por lo general, los pacientes con enfermedad de las arterias coronarias demuestran un consumo máximo de oxígeno y una tolerancia al ejercicio inferiores en comparación con sus contrapartes sanos. La magnitud de la reducción varía en parte según la severidad de la enfermedad. Además, algunos pacientes con enfermedad de las arterias coronarias presentan una tolerancia normal al ejercicio. Un volumen sistólico máximo y una frecuencia cardiaca máxima reducidas pueden limitar el gasto cardiaco y el consumo de oxígeno máximos (7). La magnitud de la disminución en el volumen sistólico depende de la cantidad o masa de miocardio que presenta isquemia por el ejercicio y/o de las dimensiones del infarto al miocardio. No se ha definido aún el mecanismo de la reducción de la frecuencia cardiaca con el ejercicio en pacientes sin medicación. En los pacientes con angina pectoris, el rendimiento en ejercicio máximo está limitado por las molestias que se generan. En los pacientes con angina de pecho clásica estos malestares ocurren a una tasa de doble producto altamente reproducible (25) (frecuencia cardiaca multiplicada por la presión sanguínea sistólica) si factores tales como el momento del día, la temperatura ambiental y la posición corporal son constantes (6). Muchos pacientes no presentan este patrón clásico, lo cual sugiere que los cambios vasospásticos coronarios contribuyen en la variación de su umbral anginal (42).